Más temprano, el canal televisivo norteamericano NBC aseguró, citando fuentes anónimas, que la Casa Blanca pone a punto una nueva estrategia que implica restricciones a las compañías iraníes y rusas que participan en la reconstrucción de Siria.
Los planes estadounidenses, agregó Riabkov, "confirman su negativa a participar en el restablecimiento de la normalidad en Siria, la creación de condiciones para el retorno de los refugiados, la reconstrucción económica y de la infraestructura del país".
"Todo el camuflaje verbal estadounidense sobre la preocupación por el brillante futuro de Siria no es más que un pretexto", remarcó el viceministro ruso.
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La esencia de la política de Washington, señaló, sigue siendo la misma y busca obstaculizar el trabajo del Gobierno legítimo de Siria tanto como sea posible.
El país árabe actualmente está inmerso en su reconstrucción y el retorno de los refugiados tras siete años de conflicto armado con las facciones armadas de la oposición y varios grupos terroristas, entre ellos ISIS (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra, ambos proscritos en Rusia y otras naciones.
La solución del problema se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná, copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.
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En el marco de las negociaciones de Astaná se acordó la celebración del Congreso de Diálogo Nacional sirio que se desarrolló a finales de enero en la ciudad rusa de Sochi y concluyó con la aprobación de una lista de 150 candidatos a la comisión constitucional, que sesionará en Ginebra.