Muchas compañías internacionales de origen europeo optaron por no arriesgarse a caer en la ira de EEUU por sus actividades en Irán, a pesar de que la Unión Europea no se haya unido a las restricciones.
EDL acordó con la petrolera iraní Sepahan Oil la renovación de dos plantas de refinación de crudo en Irán. Cada empresa tiene una historia de más de un cuarto de siglo y, en el caso de los iraníes, dominan el mercado de la fabricación de aceites industriales de Oriente Medio.
EDL posee y comparte altas tecnologías para procesar crudo, para luego otorgar licencias para la producción autónoma de los productos finalizados. La empresa alemana cree cumplir con todas las obligaciones de la ley aplicables en su caso, descartando así la presión de las sanciones de Washington contra Teherán.
Para el director de EDL, Michael Haid, la situación actual subraya la necesidad de unas "condiciones generales" estables para el desarrollo de las relaciones comerciales entre ambos países:
"Nosotros como empresa necesitamos unas condiciones generales duraderas y estables a largo plazo, para planear inversiones y crear puestos de trabajo. Los iraníes piensan lo mismo. La ruptura unilateral del acuerdo nuclear con Irán y las sanciones no son un ejemplo positivo de una política estable", sostuvo el gerente en declaraciones a Sputnik.
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