"Durante los últimos años la OMC comenzó a perder el estatus de mecanismo efectivo de liberalización de las relaciones comerciales entre países", afirmó la experta.
Según ella, "para ello existen tres razones básicas".
"Esta ronda de conversaciones buscaba reducir los aranceles y subsidios en el sector agrario, la agricultura es una rama de importancia estratégica para cualquier Estado, ya que aborda temas vinculados a la seguridad alimenticia, las formas de empleo tradicionales de grandes grupos de la población y otros puntos, y estas conversaciones terminaron en un callejón sin salida", recordó la analista.
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La segunda razón, opinó, fue la liberalización de las relaciones comerciales en el marco de los acuerdos bilaterales sobre libre comercio que surgieron como respuesta a la ralentización del desarrollo de la OMC.
"A consecuencia de esto, ahora, cuando muchos productores de mercancías con valor añadido en Rusia piensan en incrementar sus exportaciones se enfrentan a problemas; aunque Rusia es miembro de la OMC, casi no tiene acuerdos de libre comercio con otros países, semejantes a los que tiene todo el mundo", señaló.
Como ejemplo citó a Chile, que "tiene firmados acuerdos con un conjunto de países que generan el 80% del PIB mundial, mientras que Rusia solo tiene [firmados acuerdos] con países que generan un 3% del PIB mundial".
La tercera razón es, al contrario, el incremento del proteccionismo de los últimos años.
Este 16 de julio el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, exhortó a Europa, Estados Unidos, China y Rusia a evitar las guerras comerciales para preservar el orden global.
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El político europeo hizo este llamado en medio de una incipiente guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo, EEUU y China.
Paralelamente, la Oficina del Representante Comercial de EEUU está definiendo una lista de importaciones chinas por 200.000 millones de dólares que se gravarán con el 10%.
El presidente Donald Trump llegó a advertir que las tarifas podrían aplicarse a productos valorados en 500.000 millones de dólares, la práctica totalidad de lo que EEUU importa de China.