"Uruguay tuvo un buen año en 2017; el crecimiento está estimado en más de 3% y el aumento del desempleo ha llegado a su fin, según los pronósticos", aseguró el organismo.
Sin embargo, el informe también advierte que los riesgos para las perspectivas no se han desvanecido.
"Los riesgos a la baja incluyen una pérdida prolongada de la competitividad o menos interés de los inversionistas en los mercados emergentes. Una reversión de las recuperaciones de Argentina y Brasil o una desaceleración significativa de China también podrían atentar contra la inversión y el crecimiento", añade el organismo.
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Además, asegura que los amplios márgenes de protección de Uruguay (reservas brutas del Banco Central, activos financieros líquidos y líneas de crédito contingentes con instituciones financieras internacionales), sumados a la flexibilidad cambiaria, le permitirían al país superar sin gran dificultad shocks que pudieran surgir a corto plazo.
Uruguay mantiene un crecimiento sostenido desde el 2003.