El experto recordó que en respuesta a las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos y por la Unión Europea, Rusia impuso un embargo a los productos agrícolas y alimenticios no solo originarios de EEUU y de la UE, sino también de Australia y de Canadá.
El embargo también afectó al sector agrario ruso: la producción de carne y productos lácteos en el país aumentó. Esto afectó particularmente a Francia, que era el principal proveedor de estos productos a Rusia, apuntó el investigador.
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Actualmente, los principales importadores de cereales rusos son Turquía, Irán, Siria y, especialmente, Egipto. Además, Rusia está allanando el camino hacia el Magreb y está tratando de llegar a África. Sin lugar a dudas, si Rusia pasa a actuar más activamente en estas regiones, la competencia entre los principales productores de cereales del mundo se intensificará.
"Más recientemente, después de que Rusia logró vender trigo en los países del Magreb, especialmente en Marruecos, Rusia comenzó a intensificar su posición en el continente africano, donde la demanda de cereales está creciendo", comentó Abis.
Debido a las características técnicas que satisfacen las necesidades, expectativas y requisitos de cualquier mercado nacional, Rusia puede vender una gran cantidad de granos de diferentes calidades, dijo el experto.
El experto apuntó que Moscú claramente desea establecerse en los mercados de cereales de Marruecos, Argelia y Túnez, tradicionalmente más conectados con Europa, en particular con Francia, o Estados Unidos.
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Abis subrayó que la oferta en cantidad, calidad y precio propuesta por Rusia es altamente competitiva con las grandes potencias occidentales de cereales.