En octubre, el organismo pronosticó que la economía de China crecería un 6,7% en 2017.
"Las autoridades aprobaron un conjunto de medidas en el ámbito político y regulatorio que buscan reducir los desequilibrios macroeconómicos y limitar los riesgos financieros sin afectar el crecimiento", según se desprende de un comunicado del economista jefe del Banco Mundial en China, John Litwack.
Según el organismo, el mejoramiento del comercio mundial se convirtió en un factor importante para el apoyo a la actividad económica de China en 2017.
La contracción moderada del crecimiento del PIB en 2018 y el 2019 el banco lo relaciona con el recrudecimiento de la política económica interior de China.
Según lo previsto, las medidas más severas de regulación del sector financiero y los intentos de reestructurar la economía favorecerán a la ralentización económica.