En la década de 2010 el ritmo de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) ruso empezó a desacelerarse tras haber experimentado un crecimiento vigoroso en los 2000.
Sin embargo, todo cambió entre 2011 y 2016, cuando el crecimiento de la economía rusa fue del 0,6% frente al 2,6% mundial, recuerda el artículo del medio ruso RBC, especializado en temas económicos.
La economía del país eslavo tuvo que adaptarse a estas nuevas condiciones, en particular, después de que se desplomaran los precios del petróleo. La mayoría de sectores lo consiguió. El único que lo tuvo difícil fue el del comercio minorista, reporta el rotativo.
El sector que reaccionó de una manera más efectiva a las dificultades económicas fue la industria agrícola, que aumentó en un 12% su producción. Curiosamente, esta subida no se tradujo en un aumento del personal que emplea el sector, al contrario, la cifra de ocupados en el campo ha caído desde 2011 un 20%.
La ganadería registró un mayor incremento de la actividad de su sector dado que es una actividad menos compleja que la producción agrícola. Además, la dinámica positiva se explica también por la cosecha récord de 2016, sostiene la directora del grupo de investigación y estudios de mercado AKRA, Natalia Pórojova.
"La estabilidad del programa estatal de apoyo a la industria, los incentivos fiscales y los subsidios para préstamos han permitido modernizar la producción, lo que resulta en un número cada vez mayor de puestos de trabajo de calidad e incluso, ha hecho posible eliminar una parte de puestos de trabajo", comenta la directora del Instituto de Economía de Crecimiento Stolipin, Anastasía Alejnóvich.
También la minería ha aumentado su efectividad, debido principalmente al petróleo y al gas, señala Natalia Pórojova. La extracción de recursos naturales es una industria que se caracteriza por la mano de obra barata en relación con los costos de producción.
"Por lo tanto, la dinámica de personal no es tan sensible a la dinámica de la producción y los ingresos. En condiciones de crisis, las compañías del sector de la minería rara vez reducen su personal, en general, recurren a la optimización del fondo de salarios", añade la experta en declaraciones a RBC.
La paradoja del comercio
Las estadísticas del comercio minorista son las que más llaman la atención. La crisis ha afectado principalmente a los ingresos reales de la población. Desde octubre de 2014 — cuando por última vez se registró un crecimiento sustancial de los ingresos — este índice disminuyó en un 19,2%, de acuerdo con el monitoreo del Instituto de Política Social de la Escuela Superior de Economía, publicado en julio.
Por otro lado, no es un resultado tan negativo en comparación con, por ejemplo, el sector de la construcción y el comercio minorista, que logró "adaptarse debido a las reservas acumuladas previamente y a que la población se reorientó a productos más baratos, cuya demanda se ha mantenido bastante estable", indica el representante del Ministerio de Desarrollo Económico.
Además, en la industria del comercio minorista continúa la expansión de los principales actores del mercado ruso, recuerda Alexandr Gryaznov, de la agencia S&P.
"Estas compañías [las más grandes] siguen aumentando el número de tiendas, atrayendo a nuevos empleados. Por otra parte, en Rusia, a pesar del recorte económico, sigue elevándose la cantidad total de espacio comercial — incluyendo los centros comerciales —, simplemente porque en esta materia Rusia todavía tiene capacidad de expansión en comparación con otras economías", puntualiza el analista.
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