Un grupo de enojados holandeses que viven cerca del enorme campo de gas de Groningen exigió el paro total de la producción, acusando a los productores petroleros de causar terremotos. Los ecologistas expresan la misma preocupación.
Potencialmente, el cese de la producción de gas en Groningen sería beneficioso para el gigante ruso Gazprom, que últimamente está aumentando los suministros de gas natural licuado al noroeste de Europa, señala el periódico ruso Kommersant.
De momento, el límite anual de la producción de gas en Groningen asciende a 24.000 millones de metros cúbicos. Esta cifra solo puede superarse en caso de un invierno frío o una necesidad urgente.
Los representantes del operador aseguran que NAM se encuentra en una situación insostenible, porque, por un lado, está obligada a seguir produciendo gas para satisfacer las necesidades de los consumidores, mientras que, por el otro, el Gobierno no les garantiza que no romperán las normas de seguridad.
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"Estamos todos en el mismo barco. Puede parecer contradictorio, pero tenemos un interés común: claridad sobre seguridad", dijo el director de NAM, Gerald Schotman.
En los últimos años, la disminución de la producción en el campo de Groningen ha sido compensada en gran medida por los suministros de Gazprom. En el 2016, Países Bajos compró 4.200 millones de metros cúbicos del gas ruso.