Se precisa que la estabilización de los precios de petróleo y mejores condiciones financieras contribuirán al nuevo crecimiento de la economía rusa en 2017.
El fondo espera también que en 2018 el crecimiento se mantendrá en un 1,4%.
"La economía rusa se estabilizó en 2016 al reducir el PIB solo en un 0,2% después de la doble perturbación por precios bajos de petróleo y sanciones", dice el documento.
Además, el fondo recomendó en su declaración continuar atenuando la política monetaria.
Destacó que los precios de petróleo siguen siendo la principal amenaza para cumplir el pronóstico.
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En este contexto la organización aconseja hacer la economía rusa menos dependiente de los precios del crudo y llevar a cabo reformas estructurales para apoyar nuevas fuentes del crecimiento para elevar el ingreso per capita al nivel de los países desarrollados y resolver los problemas demográficos.