"Nuestras reservas y fondos de inversión representan más del 250 por ciento de nuestro producto interno bruto, así que no creo que haya razón alguna para que la gente se preocupe por lo que está pasando o haga cualquier especulación sobre el rial catarí", dijo Al Emadi.
El ministro resaltó que Catar sigue siendo "un país (con la nota crediticia) AA y uno de los 20 o 25 mejores en las calificaciones".
También se mostró convencido de que los promotores del frente anti-Catar se verán perjudicados por las restricciones que imponen a Doha.
"Mucha gente piensa que somos los únicos que salimos perdiendo… si perdemos un dólar, también perderán un dólar ellos", dijo en referencia a las naciones del Consejo de Cooperación del Golfo.
Al Emadi indicó en particular que Doha buscará un mayor grado de diversificación tras esa crisis.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos rompieron las relaciones diplomáticas con Catar por su supuesto apoyo al terrorismo.
La crisis se desató después de que la agencia de noticias catarí QNA publicara unas supuestas declaraciones del emir Tamim bin Hamad Thani a favor de la normalización de las relaciones con Irán.
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El Ministerio de Exteriores de Catar afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos dieron poco crédito a la explicación.