Pekín consiguió este resultado, en parte, gracias al programa de créditos que el país asiático ha estado aplicando desde 2008 para apalancar su economía bajo las condiciones de la crisis financiera.
No obstante, el crecimiento del sistema bancario de China "da pocos motivos para el optimismo", según el profesor de la Universidad Cornell, Eswar Prasad.
"Es más un recordatorio de la extrema dependencia de la economía del país asiático a créditos que transcurren en condiciones de una inadecuada distribución de recursos que suele conducir a riesgos crediticios extremadamente altos".
Varios expertos destacan que en comparación con otros países, las autoridades chinas financian todos los proyectos de infraestructura a través de los bancos. De esta manera, todos los créditos del sistema bancario de China son cuasisoberanos, es decir afianzados por el Estado. Eso puede crear la imagen de un sistema bancario inflado.
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