Cuba ofreció a la República Checa acabar con la deuda de 276 millones de dólares que contrajo en los tiempos de la Guerra Fría con ron cubano.
Otra opción para la República Checa, según el experto, es destinar el ron al consumo local y sustituir así otras bebidas alcohólicas fuertes.
"Con una política de precios correcta, la gente podría, en cierto modo, renunciar al whisky, brandy y vodka, y optar por el ron cubano".
Según Nadorshin, el mecanismo propuesto por Cuba es "bastante estándar".
"Este esquema de pago de deuda no tiene nada de original, extraordinario ni gracioso. Los cubanos sufren un déficit de divisa y, entonces, ¿por qué no pagar con lo que les sobra?".
El experto reconoce, sin embargo, que puede parecer ofensivo pagar con ron la maquinaria bélica y los equipos de fabricación de azúcar suministrados por los checos —entonces checoslovacos— hace décadas.
Lea tambén: Rusia podría exportar vodka a Cuba
"Pero las antiguas deudas son difíciles de cobrar. Rusia no pudo liquidar los créditos contraídos por Cuba durante 20 años y, al final, le perdonó a la isla de la Libertad —nombre con el que se conoce a la isla caribeña en Rusia— 30.000 millones de dólares", recuerda el experto.
Nadorshin añadió que es poco probable que la entrada de ron cubano en el mercado checo tenga un impacto negativo en la oferta de alcohol del país.
"Pero no me puedo imaginar que en las cervecerías checas sirvan ron en lugar de cerveza y que empiecen a aparecer alcohólicos por las calles. Los checos no están en peligro, por lo tanto, puede utilizarse el ron cubano para el consumo interno de forma segura".
El especialista prueba su tesis con un simple cálculo: los cubanos tienen que suministrar a la República Checa unos 23 millones de botellas de ron.
"Es una cantidad considerable, pero creo que la población de la República Checa podrá hacer frente a esta repentina abundancia de alcohol", concluyó Nadorshin.
