La publicación indica que a pesar de que el Gobierno de Kiev intente justificar todos los problemas políticos y económicos del país por el conflicto en el este ucraniano, su población se siente mucho más preocupada por otra lucha: la de la corrupción, en la que tampoco se han podido realizar muchos progresos.
Sin embargo, el futuro económico de Ucrania depende totalmente de la solución de este problema. Los donantes extranjeros se encuentran ya muy cerca del límite de su paciencia y su disposición a seguir financiando el Gobierno de Kiev es cada vez más débil, según el medio.
Mientras los Estados occidentales y las organizaciones internacionales siguen siendo leales al Gobierno de Ucrania, los inversores no están dispuestos a soportar económicamente este Estado indefinidamente. El presidente de la Cámara de Comercio estadounidense en Ucrania, Andy Hunder, advirtió de que para restablecer la confianza, sus miembros quisieran ver que los oligarcas ucranianos realmente son castigados y responden "por el robo y la destrucción del país", señala el medio.
Si esto no sucede en un futuro próximo, los inversores de todo el mundo pronto le darán la espalda a Ucrania. Y entonces, ni el acuerdo con Canadá ni un acuerdo similar con Europa cambiarán sus opiniones, concluye el artículo.