"Estuvimos viendo la votación hasta las 4.30h de la madrugada. Fue una bella victoria", dijo Temer al diario brasileño O Globo desde el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia en Brasilia, en referencia a la sesión de más de 16 horas de duración en la que la meta finalmente fue aprobada sin necesidad de recurrir a las votaciones electrónicas.
La nueva meta fiscal deberá substituir a la meta propuesta por el equipo económico de la presidenta suspendida Dilma Rousseff y que ascendió a 96.650 millones de reales (unos 27.153 millones de dólares) después de que su gobierno iniciase el 2016 con un objetivo de superávit fiscal de 24.000 millones de reales (unos 6.782 millones de dólares).
Momentos antes de la votación en el Congreso, Temer pidió a los parlamentarios la mayor celeridad posible para aprobar una nueva meta que, según él, iniciará el camino para frenar una "trayectoria insostenible" en la que los gastos públicos del país superan notablemente los ingresos debido en gran medida a la rigidez de los presupuestos generales.
"Los gastos públicos mantienen una trayectoria insostenible y no podemos condenar a nuestro pueblo a enfrentar grandes dificultades en el futuro", apuntó Temer el mismo día en el que envió al Congreso una ambiciosa propuesta de enmienda constitucional para limitar el gasto público en función de la inflación y con ello "recuperar la confianza de los inversores".