En 2016, Noruega utilizará —por primera vez en su historia— unos 25.000 millones de dólares de su Fondo de Petróleo para apoyar la economía nacional. Pero, ¿de dónde provienen y por qué no se usan inmediatamente esos recursos?
Uno de los problemas con las que se enfrentan los países petroleros es la 'enfermedad holandesa'. En términos económicos, esto significa que la exportación de un único recurso es tan beneficiosa para el país que ‘aplasta’ todo tipo de desarrollo industrial. En este caso, el bienestar del país depende de las fluctuaciones del precio obtenido por este recurso.
Los hidrocarburos son un ejemplo clásico: históricamente, el término fue empleado para describir la economía de Holanda tras descubrir el país grandes yacimientos del gas natural en sus aguas nacionales.
Así, el uso racional de los ingresos provenientes de la venta del crudo se hace muy importante para los países exportadores.
Uno de los métodos para proteger a la economía de la 'enfermedad holandesa' es el uso de los fondos especiales o cuentas en los bancos centrales para guardar el superávit recibido. El 'modus operandi' de los fondos anticrisis consiste en la planificación de los ingresos y los gastos del presupuesto, a base de una proyección moderada de las tendencias en los mercados petroleros, y la acumulación de los ingresos obtenidos en los períodos favorables.
Los tesoros de los vikingos y los esquimales
El sector petrolero representa una cuarta parte del PIB de Noruega. El país escandinavo tiene el fondo soberano de bienestar más grande del mundo, con 870.000 millones de dólares. Además, posee valores de unas 9.000 empresas de todo el mundo, entre ellas, algunas gigantes como Nestlé y Apple, así como valores del Tesoro de EEUU, Alemania y Japón. Los expertos destacan la transparencia y la claridad del funcionamiento de los fondos anticrisis noruegos.
La economía de Noruega sufre mucho por el derrumbe de los precios de crudo. El año pasado, los ingresos por la venta de hidrocarburos disminuyeron un 27% en comparación con 2014, cayendo de 62.000 hasta 45.000 millones de dólares. Actualmente, el país nórdico invierte 25.000 millones de dólares del fondo anticrisis en 'reanimar' la economía nacional. Se prevé que el crecimiento del PIB del país no sobrepase el 1%.
El estado norteamericano de Alaska posee también su propio fondo anticrisis, llamado Fondo Permanente de Alaska y fundado en 1976. Actualmente, las reservas acumuladas en el Fondo a base de la venta de crudo superan los 53.000 millones de dólares. Además, Alaska destina un 25% de los impuestos y pagos proporcionados por las empresas petroleras al fondo, y una parte de este dinero se reparte entre la población. El fondo incorporó también valores de las empresas estadounidenses, objetos inmobiliarios y otros activos.
Oro en la arena
Kuwait, uno de los líderes petroleros del mundo, gastó todo el dinero petrolero tras la primera Guerra del Golfo Pérsico. El Fondo Presupuestario de Reserva y el Fondo de Reserva para las Futuras Generaciones —fundados entre los años 1960-70— financiaron la reconstrucción del país. Ahora, el Fondo para las Futuras Generaciones acumula un 10% de los ingresos públicos, independientemente de su procedencia y de los precios del petróleo. Este dinero se invierte en valores de los países desarrollados.
Cabe señalar que el líder petrolero mundial, Arabia Saudí, no tiene su propio fondo anticrisis (sin tomar en consideración el SAMA Foreign Holdings que, básicamente, es el banco central del país). La exportación de energía genera un 90-95% de todos los ingresos saudíes. Pero la caída de los precios mundiales de petróleo obligó a la familia real a implementar una nueva estrategia. En abril, el príncipe Muhammad bin Salman declaró que el reino se prepara para un "crepúsculo del siglo petrolero" y tiene previsto establecer un fondo soberano de 200.000 millones de dólares para acabar con la dependencia del 'oro negro'.
En Omán, el Fondo Nacional de Reserva fue fundado en 1980. En 1993, se estableció el Fondo de Petróleo. Sin embargo, el país no logró colmarlos de dinero, puesto que todos los ingresos se utilizaron para financiar el déficit presupuestario.
La experiencia de otras regiones
Una situación parecida a la de Omán se produjo en Venezuela, donde funcionan el Fondo de la Estabilización Macroeconómica y el Fondo de Inversiones de Venezuela. Sin embargo, las reglas de la transferencia de fondos cambiaron constantemente mientras el presupuesto estatal registraba regularmente un déficit. Durante la presidencia de Hugo Chávez, los ahorros fueron gastados, y ahora los fondos son casi inexistentes.
En el espacio postsoviético, también existen países petroleros que tratan de proteger sus economías de las recesiones. Así, en 1999 fue fundado en Azerbaiyán el Fondo Nacional de Petróleo. Para el 1 de abril de 2016, el activo total del fondo ascendía a más de 34.000 millones de dólares. En Kazajistán, el Fondo Nacional de Petróleo, fundado en 2001, funciona a base de contribuciones de empresas petroleras. En 2012, el país decidió acceder a esta reserva y, en 2014, Kazajistán gastó 10.000 millones de dólares para financiar las medidas anticrisis.
La práctica rusa
El Fondo de Estabilización fue creado en 2004 para contrarrestar la dependencia de los sistemas económico y financiero de Rusia de los factores económicos externos. La tarea principal del fondo es acumular los ingresos excesivos provenientes del comercio de hidrocarburos. El dinero se invertía en las monedas de reserva y la deuda de los países extranjeros estables. Además, los recursos se utilizaban para pagar la deuda externa.
En la década del 2000, el fondo se rellenó rápidamente gracias al aumento de los precios del petróleo y, ya en 2008, contaba con más de 157.000 millones de dólares.
El Gobierno ruso estimó la cantidad necesaria para el fondo de un 7% del PIB —esto sería suficiente para que el país se mantuviera a flote durante unos 2-3 años en caso de una profunda crisis económica, a la vez que se llevan a cabo las reformas necesarias—. Su tarea principal sería “desacelerar la caída” de la economía.
El 1 de febrero de 2008, el fondo fue dividido en dos partes: el Fondo de Reserva, con 125.000 millones de dólares, y el Fondo de la Beneficencia Nacional (FNB) con 32.000 millones. El FNB —en el que se acumula el dinero para las futuras generaciones— se convirtió en una “bolsa de aire” del sistema de pensiones.
Desde hace un año, el Fondo de Reserva se utiliza para financiar el déficit presupuestario de Rusia.
Para el 1 de mayo del año corriente, el Fondo de Reserva poseía casi 45.000 millones de dólares (unos 3 billones de rublos), y la cuantía del FBN era de casi 74.000 millones de dólares (unos 5 billones de rublos).
En 2016, el Ministerio de Finanzas de Rusia tiene previsto utilizar el Fondo de Reserva cada dos meses para financiar el déficit del presupuesto. Se espera que el déficit presupuestario anual no supere 2,36 billones de rublos. Al mismo tiempo, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, llamó a elaborar y adoptar medidas de optimización presupuestaria para evadir el gasto innecesario de los activos de los fondos.
