El pasado 4 de diciembre, el organismo internacional anunció una modificación de su política interna permitiendo que un país con retraso en los pagos a sus acreedores oficiales continúe recibiendo financiación de la entidad.
Ucrania debe desembolsar 3.000 millones de dólares a Rusia el próximo 20 de diciembre.
Anteriormente el presidente ruso, Vladímir Putin, propuso a Kiev fraccionar el pago en tres tramos iguales a desembolsar en 2016, 2017 y 2018, con la condición de que el FMI, EEUU o la Unión Europea garanticen las transferencias.
Sin embargo, según ha indicado el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov, el Fondo, los estadounidenses y los europeos han rechazado conceder esas garantías.
Rusia se está preparando para acudir a los tribunales en el caso de que Ucrania no cumpla con sus responsabilidades de deuda.