El llamado HS2 cubrirá en una primera fase Londres y Birmingham, recortando en una media hora el viaje en tren entre ambas ciudades.
El proyecto aún no ha sido aprobado por el Parlamento de Westminster y el grupo de presión Stop HSE protestó por la apertura del concurso "sin el mandato democrático para hacerlo".
Osborne aspira a convertir China en el segundo mercado más importante para las exportaciones británicas y situar a Reino Unido como trampolín de las inversiones en la Unión Europea de la creciente potencia asiática.
"Estamos abriendo una genuina era dorada de cooperación entre ambos países y es crucial que los empresarios y las comunidades de Reino Unido sientan el beneficio completo de forjar lazos económicos más estrechos con China", dijo el ministro conservador en Chengdu, la última parada del viaje que ha emprendido esta semana por el vasto país comunista.
Osborne invitó expresamente a compañías chinas a pujar por uno o varios de los siete contratos, por un monto total de 11.800 millones de libras (unos 16.000 millones de euros), anunciados este jueves.
Mercenary, premature or healthy competition? "Osborne urges Chinese to bid for #HS2 projects" http://t.co/3IZjLR3vvr pic.twitter.com/oQqI4ES0Eu
— Railtex (@Railtex) September 24, 2015
Las licitaciones, en las que se prevé la participación de empresas españolas punteras en el sector, se enfocan en esta fase en la construcción de túneles, puentes y trazado de vía.
El último presupuesto global del HS2 se estimó en 42.900 millones de libras (cerca de 60.000 millones de euros), aunque se espera una revisión a la alza de los costes este otoño.
El gobierno confía en crear 25.000 empleos en este polémico proyecto e inaugurar el servicio en 2026.
Reino Unido entró en la alta velocidad en 2003 con el trayecto desde Londres hasta el túnel de la Mancha, en el sur de la isla.
Hay planes para abrir un tercer proyecto desde Birmingham a Manchester y Leeds, aunque la oposición de secciones de la población, la limitación de los trayectos a Inglaterra y el compromiso del nuevo líder laborista, Jeremy Corbyn, para nacionalizar el ferrocarril representan serios obstáculos a la expansión de la alta velocidad.
