"Los suministros del crudo libio son deficientes en la actualidad, pero los yacimientos petrolíferos están protegidos y controlados por el Ejército del país", dijo Qweri.
Desde la intervención militar de la OTAN que resultó en el derrocamiento y muerte de Muamar Gadafi, Libia ha estado sumida en la violencia y la inestabilidad política. Las fuerzas liberales se oponen a los representantes de partidos islámicos, apoyados por insurgentes.
Asimismo, actúan en Libia múltiples grupos armados entre los que se incluyen islamistas radicales.
Una parte de estos grupos juraron fidelidad al Estado Islámico, que controla territorios considerables en Siria e Irak y realiza ejecuciones públicas de rehenes.