"Hay un doble rasero y una intencionalidad de convertir este asunto en algo visible desde el punto de vista mediático, y no tendría ningún sentido sin el trasfondo del conflicto de Ucrania y el enrarecimiento de las relaciones entre Moscú y Bruselas", asegura a esta agencia el especialista en las dinámicas políticas en el espacio postsoviético y editor de EurasianetES.
El experto admite que hay base legal para abrir expediente, pero destaca que lo relevante en este caso es "el tratamiento mediático y comunicativo que el propio gabinete de prensa la UE le da" y en "este caso se le da mucha visibilidad".
Ruiz señala que este conflicto evidencia que hay "un problema de dependencia en gran parte de Europa del gas ruso" y especialmente en los países en donde "Gazprom habría realizado prácticas monopolísticas y abusivas".
Pero también muestra los problemas dentro de la propia UE, incapaz de realizar una política de compra común y unificada.
"Si se hiciera una compra común con Rusia y existiera una estructura común de los propios gaseoductos, este tipo de problemas no existiría", apunta.
Alemania ha optado por mantener sus propios acuerdos con Gazprom, como demuestra la construcción de un segundo ramal del gasoducto Nord Stream, que se extiende a lo largo de 1.224 km, la mayor parte de ellos bajo el mar Báltico.
"Lo cierto es que un miembro de la UE sortea a otros Estados miembros de la UE que se podrían ver beneficiados precisamente con ese gasoducto si hubiera ido por tierra y atravesando Polonia", afirma Ruiz.
El experto denuncia la política de doble rasero que se aplica en estos casos, ya que en Bruselas y en España también se ha multado por realizar prácticas monopolísticas a empresas españolas como Fecsa, Repsol o a otras grandes eléctricas.
"Y aquí nadie se entera" porque no se publicita, como se ha hecho con el caso de Gazprom.
Rusia está abriendo nuevos mercados para su gas, especialmente con China, "pero pasarán décadas hasta que haya un mercado que pueda sustituir al europeo, que consume mucho".
"Los europeos en general tenemos un consumo per cápita que es muy superior al de China, y además somos un socio fiable en cuanto al pago, hay estabilidad política, y esto es importante para Rusia", opina el profesor.
Ruiz señala que para Rusia "el gas es una herramienta de su política exterior", como se ha podido ver con el conflicto de Ucrania, pero "no tiene la culpa de la situación en Europa", ya que Alemania logra precios más baratos que Polonia, por ejemplo, porque compra.
"Los Estados miembros de la UE han pugnado por sus intereses, los más grandes y los más potentes han salido beneficiados", a pesar de la Carta de Energía Europea.
Ruiz ve la apertura del expediente contra Gazprom como un movimiento más dentro de la escalada de tensión que protagonizan las dos partes.
El pasado 22 de abril la Comisión Europea acusó al consorcio ruso de abuso de poder en el mercado gasístico de Europa central y oriental.
Según Bruselas, Gazprom incumple la normativa comunitaria al reducir la capacidad de sus clientes de revender el gas, lo que permite a la compañía rusa cobrar "precios injustos" a algunos Estados miembros.
Gazprom puede enfrentarse al pago de una multa de hasta el 10% de su facturación anual en la UE.
El consorcio ruso rechazó las acusaciones.