La compañía aérea, que operaba desde el aeropuerto de Barcelona, cesó su actividad en 2012 y dejó en tierra a casi 23.000 pasajeros. Días más tarde presentó un concurso de acreedores con un pasivo por 474 millones de euros.
En una comparecencia por vídeoconferencia desde Manchester en la comisión del Parlamento catalán que investiga la quiebra de Spanair, Soriano aseguró que la denuncia de estas dos compañías truncó definitivamente el contrato con Qatar Airways para vender el 49% de la aerolínea.
La operación, según el exdirectivo, les hubiera permitido cumplir su objetivo de ampliar los vuelos internacionales.
Vueling y Ryanair presentaron una denuncia ante la Unión Europea por supuestas ayudas públicas a Spanair. El Gobierno catalán aportó hasta 180 millones de euros a a prensa.
Para Soriano esta inyección no eran subvenciones estatales y las comparó a los "2.300 millones" que dio el Gobierno español a Iberia.
"Si un estado hubiera invertido 300 millones en la compañía, Spanair seguiría viva en este momento", dijo Soriano, que atribuyó a la falta de financiación el fracaso de Spanair, una compañía aérea debía hacer del aeropuerto de El Prat un centro de interconexiones intercontinental.
Para Soriano, crear ese "hub" era "totalmente factible".
"En ese momento negociábamos la entrada de Qatar Airways y ya se había redactado el contrato para la compra del 49% de la compañía para que aportara 150 millones de euros. Esa denuncio hizo que Qatar se retirara del proyecto porque no quería complicaciones con la Unión Europea", contestó el hoy directivo del club de Fútbol de Manchester a una pregunta de la coalición de izquierdas en la comisión parlamentaria.
El cierre de Spanair fue muy polémico en su momento ya que se consideraba como una compañía semipública estratégica para elevar el Aeropuerto Internacional de Barcelona y convertirlo en un centro neurálgico intercontinental.