El documento señala que el boicot incluye diversos factores, entre ellos el de larga duración decretado por la Liga Árabe y los esfuerzos de la Unión Europea para acabar con las exenciones aduaneras y otros beneficios que supone para Israel el acuerdo de libre comercio que mantiene con la UE en el caso de productos procedentes de los asentamientos de Cisjordania.
Pero el informe, elaborado a instancias del presidente del Comité de Finanzas de la Knesset, Nissan Slomiansky, se ha centrado en la campaña mundial de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que despegó en 2005 y cuenta con su apoyo principal en Europa.
El centro de investigación ha observado que las exportaciones de mercancías de Israel a la UE casi se han duplicado desde 2005. En la década anterior, el promedio de exportaciones de Israel a Europa suponía un ingreso para los israelíes de 7.800 millones de dólares al año.
En los nueve años siguientes, esta cantidad llegó a 15.600 millones, a pesar de que sufrió una fuerte caída en 2009 debido a la crisis financiera mundial.
"Las cifras de comercio exterior, principalmente de las exportaciones a Europa, muestran que el impacto de los esfuerzos de la última década para imponer un boicot no han dañado a la economía israelí en el plano macroeconómico", concluye el estudio, elaborado por Eyal Kaufman.
Israel estaba preocupado por el posible éxito del movimiento BDS entre consumidores, empresas y gobiernos, que podrían rechazar los productos y servicios israelíes, y en el caso de los gobiernos, negarle beneficios comerciales.
Pero a pesar de que el BDS ha logrado algunos éxitos, el informe de la Knesset señala que no tiene un impacto amplio y que la inversión extranjera en Israel no se ha visto afectada.
El país es vulnerable a un boicot económico porque un tercio del producto interno bruto lo generan las exportaciones. Pero según el informe de Kaufman, es poco probable que se vea perjudicado por el boicot en el futuro. La economía israelí se está beneficiando también de los emergentes mercados asiáticos.
El documento también señala que las medidas decretadas por la UE sobre productos elaborados en colonias judías en territorios ocupados por Israel como exigir que vayan etiquetados de manera que el consumidor sepa donde se han fabricado o que se les niegue las exenciones aduaneras no tendrá ningún efecto importante en la economía de Israel.