El salario final de las altas ejecutivas es 35% inferior al de sus colegas masculinos cuatro décadas después de la introducción de legislación sobre paridad de sueldos en Reino Unido.
La diferencia salarial es particularmente elevada entre profesionales mayores de 40 años, según se refleja en un estudio elaborado por la consultoría en gestión de empresa, Chartered Management Institute (CMI), y los especialistas en cuestiones de remuneración, XperHR.
El National Management Salary Survey (Sondeo nacional de salarios en puestos de dirección), que se ha publicado hoy, identifica la diferencia salarial a favor del hombre en un total de 16.680 libras anuales en profesionales de entre 45 y 60 años. En base a estos datos, los autores calculan que las mujeres tendrían que trabajar 18 años más que los varones para igualarles en el nivel de paga.
El sondeo se realizó entre 68.600 directivos empleados en organizaciones de Reino Unido en el periodo desde junio de 2013 a febrero de 2014. Y los resultados indican que la diferencia de sueldos crece con la edad, hasta el máximo del 35% registrado a partir de los 40.
El diferencial medio entre ejecutivos de ambos sexos en edad laboral justo supera las 9.000 libras, con los varones ingresando 39.400 libras y sus colegas femeninas en torno a las 30.300. Esto supone una desventaja salarial del 23% para una ejecutiva.
A partir de los 40, la remuneración de la mujer también es inferior en concepto de bonificaciones: 41.956 libras frente a las 53.000 que recibe un directivo de empresa.
Entre los jóvenes, el estudio observa "signos de optimismo" en tanto que las profesionales en puestos de relativa responsabilidad cobran ligeramente más que sus homólogos masculinos (una media del 2,4% y 2,3%). En el rango inferior de puestos directivos, vuelve a imperar la tendencia tradicional, aunque con diferencias salariales menores: del 6% entre hombres y mujeres de 20 a 25 años; del 8%, hasta los 35 años.
"Un nivel inferior de sueldo entre las gerentes femeninas no puede justificarse, pero las diferencias perduran. Los hombres y las mujeres deberían cobrar en función a su actuación pero está claro que esto no ocurre", denuncia Ann Francke, consejera delegada de CMI.
