Rusia dejó a la Unión Europea sin un instrumento de presión política al firmar hoy con China un contrato gasista por 400.000 millones de dólares, opina el vicerrector de la Academia Diplomática anexa al Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Alexandr Lukín.
“El hecho tiene especial importancia ahora que Europa, a raíz de la crisis en Ucrania, nos amenaza con reducir la importación del gas”, declaró Lukín a esta agencia.
El experto admitió que el volumen previsto en el contrato con China representa un tercio de lo que Rusia suministra a Europa, pero dijo que “los europeos tampoco van a cesarlo todo de golpe”.
“Demostramos a Europa que tenemos a quién vender lo que deje de comprar y así le quitamos un instrumento de presión política. Más aún, le enseñamos una alternativa, que Rusia se orientará en mayor grado a los mercados asiáticos”, indicó.
El jefe del comité del Senado ruso para asuntos internacionales, Mijaíl Marguélov, piensa que “se trata más bien de diversificar nuestra geoeconomía con vistas a los mercados del Lejano Oriente y el Asia Pacífico en general”.
“Conste que los líderes de Rusia proclamaron este objetivo mucho antes de los acontecimientos en Ucrania”, añadió.
La rusa Gazprom y la china CNPC firmaron hoy un contrato que prevé suministros del gas ruso a China en las próximas tres décadas, del orden de 38.000 millones de metros cúbicos del gas al año. El importe del contrato, de 400.000 millones de dólares, lo convierte en el mayor de la historia de Gazprom.
