Los cambios globales provocados por la crisis económica y la búsqueda de nuevos puntos de crecimiento serán los principales temas del XLIV Foro Económico de Davos que se inauguró ayer con un concierto dirigido por el ruso Valeri Guerguiev.
Más de 2.500 eminentes políticos y empresarios del mundo entero, incluido el primer ministro británico David Cameron y sus homólogos japonés e italiano, Shinzo Abe y Enrico Letta, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el presidente iraní, Hasán Rouhaní, pasarán los próximos cuatro días discutiendo, negociando y esquiando.
En vísperas del Foro, el Fondo Monetario Internacional mejoró una décima sus previsiones del crecimiento mundial en 2014, hasta el 3,7%, pero las rebajó para Rusia, Brasil y otros mercados emergentes alegando la debilidad de la demanda interna.
Este año Rusia está representada en el Foro por el viceprimer ministro Arkadi Dvorkóvich, el ministro del Desarrollo Económico, Alexéi Uliukáev y los directivos de los bancos y las empresas más importantes.
La delegación rusa participará en discusiones de la agenda oficial sobre el futuro de la economía rusa así como en una serie de actividades en el marco del programa de la Casa Rusa en Davos. Dvorkóvich tiene previsto encontrarse con el representante comercial de EEUU, Michael Froman.
El martes por la noche el viceprimer ministro ruso Dmitri Kozak, encargado de los Juegos Olímpicos, y el director del Banco Sberbank presentaron en el Foro la futura Olimpiada en Sochi y aseguraron a los exportadores que no existen amenazas para la seguridad.
Los participantes del Foro recibieron igualmente un mensaje del papa Francisco que les instó a tomar en consideración los intereses de los más pobres y garantizar una distribución más justa de los beneficios.
