El ministerio de Finanzas de Japón comenzó una revisión sin precedentes contra los tres bancos más importantes del país, Mizuho, Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ, y Sumitomo Mitsui Banking Corp, por un escándalo relacionado con la concesión de créditos por parte de Mizuho a empresas y a particulares vinculados con la mafia nipona Yakuza.
Antes, el ministerio de Finanzas estableció que el banco no había comprobado la información de los solicitantes a créditos mediante empresas intermediarias.
El ministerio aclaró que durante dos años el banco asignó créditos a empresas y a particulares vinculados con la mafia nacional.
El banco reconoció los créditos, sin embargo declaró que las omisiones (comprobaciones de la información) no habían sido intencionadas y ocurrieron por falta de atención del personal. Antes, la dirección del banco renunció a sus salarios durante medio año reconociendo su responsabilidad por brindar créditos a la mafia.
Ahora, el ministerio nipón comprueba si realmente las omisiones del banco no fueron intencionadas y si no se repitió la misma situación en otros bancos importantes del país.