El presidente estadounidense Barack Obama lanzó anoche una nueva advertencia a congresistas demócratas y republicanos para que lleguen urgentemente a un acuerdo sobre el límite del endeudamiento a fin de evitar el 2 de agosto una situación de impago técnico, por primera vez en la historia de EEUU.
“Es un juego peligroso que nunca se ha jugado antes y que no nos podemos permitir ahora; no cuando los trabajos y la vida de tantas familias están en juego. No podemos permitir que el pueblo norteamericano sea daño colateral de las guerras políticas de Washington”, subrayó Obama en una alocución televisada a la nación.
El mandatario estadounidense manifestó la confianza de que líderes demócratas y republicanos sabrán “dejar a un lado la política” para encontrar en los próximos días una fórmula de compromiso que él podría firmar.
Obama defiende un plan elaborado por Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado. Su propuesta prevé un recorte del gasto público en US$2,7 billones y la subida del techo de la deuda hasta US$17 billones a lo largo de 2012. De acuerdo con esa iniciativa, el Congreso debería aprobar un aumento inmediato del límite del endeudamiento en un billón de dólares a cambio de una reducción de US$1,2 billones en el gasto federal.
El pasado 16 de mayo, la economía estadounidense superó el límite de la deuda que el Congreso estableció en 14,3 billones de dólares. La Administración de Barack Obama insiste en aumentarlo en 2,4 billones de dólares y tiene de plazo hasta el 2 de agosto para convencer a los congresistas y prevenir una suspensión de pagos. EEUU es uno de los pocos países que fija el techo de su deuda y lo revisa sistemáticamente al alza: sólo en la década del 2000 lo hizo 10 veces.
El republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, señaló entretanto el pasado lunes que Obama sigue queriendo “un cheque en blanco” y que no lo recibirá.