La industria internacional del transporte aéreo cerrará este año con un beneficio de 4.000 millones de dólares, 16.000 millones menos que en 2010, y su rentabilidad bajará del 3,2% al 0,7%, en parte, debido al alza incontrolada de precios petroleros, la revuelta en el mundo árabe y el devastador terremoto en Japón, declaró en una entrevista al diario Kommersant Giovanni Bisignani, quien abandona hoy la dirección general de la IATA tras haber trabajado nueve años en el puesto.
“La aviación es un sector muy frágil, depende fuertemente de procesos globales: erupciones volcánicas, epidemias, tsunamis, crisis económicas y amenazas terroristas”, recordó Bisignani al agregar que la suspensión de operaciones y la quiebra son un peligro constante para las aerolíneas, a las que en algunas ocasiones puede salvar a última hora la intervención del Estado, como sucedió con Alitalia, o la fusión con empresas más estables, como fue el caso de Swiss, BMI y Austrian Airlines con Lufthansa, o Iberia con British Airways.
Bisignani señaló el rápido crecimiento del mercado ruso del transporte aéreo (un 27%, según la previsión para este año y un 29% en 2010) aunque Rusia ocupa actualmente la 21ª posición en el tráfico de pasajeros en vuelos internacionales y la 14ª posición en el de rutas domésticas, según clasificación de la IATA. Las aerolíneas rusas transportaron el pasado año 57 millones de pasajeros, la mitad de lo que transportaba en la década del 1980 Aeroflot, la aerolínea bandera de la Unión Soviética y la mayor compañía aérea del planeta por aquellas fechas.
La consolidación, a su juicio, es una condición obligatoria para el mercado ruso en el que operan hoy más de 120 aerolíneas, en su mayoría, empresas de escaso tráfico, baja eficiencia y rentabilidad rayana en cero. Tanto las tarifas como la seguridad van a mejorar con el agrandamiento de los transportistas.
A partir de este viernes, Giovanni Bisignani deja las riendas de la IATA en manos de Tony Tyler pero no piensa abandonar el sector de la aviación: trabajará en los consejos de administración de varias compañías, entre ellas, la británica NATS y la francesa Safran.
