En los primeros 10 días de agosto se detectaron 10.136 focos de incendio en la Amazonía, 17% más que los 8.669 focos registrados el año anterior.
La temporada de incendios forestales en la Amazonía suele comenzar a finales de julio y entra en fase intensa a principios de agosto, explicó el medio.
"En julio también se detectó un aumento de incendios: hubo 6.803 incendios en la Amazonía el mes pasado, 28% más que en julio de 2019", señala la nota.
Según los especialistas citados por Unearthed, la selva amazónica enfrenta una amenaza triple: la deforestación descontrolada, el "apoyo tácito de la administración [del presidente brasileño Jair] Bolsonaro" y un clima más seco de lo habitual.
Todo eso es capaz de "desencadenar una crisis ambiental aún peor en los próximos meses".
En particular, Unearthed recordó que el periódico O Estado de S. Paulo había informado de que el Ministerio del Medioambiente de Brasil decidió recortar el número de helicópteros que el Instituto Brasileño de Medioambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama, por sus siglas en portugués) usa para prevenir delitos y apagar los incendios en el país.
Unearthed también cita a Beth Uema, secretaria ejecutiva de la Asociación Nacional de Especialistas en el Medioambiente (Ascema), que alerta de que el Ministerio del Medioambiente brasileño volverá a recortar entre un 20 y un 25% el presupuesto de 2021 para las agencias ambientalistas del país.
Los datos del INPE indican que entre agosto de 2019 y julio de 2020 hubo alertas por deforestación en 9.205 kilómetros cuadrados de la selva amazónica, un 34,5% más que entre agosto de 2018 y julio de 2019. Eso tiene un impacto directo en el aumento de los incendios en la región.
El 6 de septiembre de 2019, los jefes de Estado y representantes de Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana y Surinam firmaron el Pacto de Leticia por la Amazonía, cuyo objetivo es coordinar las acciones de la comunidad internacional para conservar esa región.