"Todos queremos que la energía sea fiable y asequible, pero eso ya no es suficiente, también debe ser limpia", declaró Looney en una presentación a analistas y medios de comunicación.
El sucesor de Bob Dudley resaltó que la "transición al cero neto" ha de ser "rápida" porque "el presupuesto del carbono mundial es finito y se está acabando de prisa".
"Se necesitará nada menos que re-imaginar la energía de cómo la concebimos hoy", agregó
La ambición "verde" de la multinacional cubre las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones mundiales y el carbono de la producción de petróleo y gas.
Pero la garantía de reducción contaminante para el 2050 no convenció a las organizaciones medioambientales, que demandan el cese de la extracción de hidrocarburos.
"Es una cortina de humo, diseñada para desviar la atención del hecho de que BP no tiene ninguna intención de reducir sus inversiones en petróleo y gas", comentó Jamie Wolley, de Greenpeace.
Looney, que tomó posesión de su cargo este mes, aspira a convertir a BP en líder industrial mundial de los esfuerzos para contener la crisis climática.