El proyecto fue realizado por un equipo internacional de científicos de las universidades de Oxford, en el Reino Unido, y Fudan, en China.
"Proponemos un sustituto económico del cuerno de rinoceronte, producido de pelo de la cola de su pariente más cercano, el caballo doméstico", indica un informe publicado en el medio.
Para "pegar" los cabellos de corceles se utilizó un producto orgánico producido a partir de la proteína de la seda.
Según el documento, los científicos lograron crear un producto muy similar a ese cuerno, que se vendería en el mercado a un precio mucho más bajo, y de esa manera los cazadores furtivos perderían el interés por seguir eliminando a los animales de la especie para lograr unas ganancias considerables.
A la iniciativa se sumarían las duras penas a las que son condenados los cazadores furtivos capturados in flagrante.
Actualmente está comprobado que esa parte del animal, al igual que cualquier otra, carece de todo tipo de efectos medicinales, sin embargo, en algunos países asiáticos y africanos se sigue considerando un objeto de lujo, junto con la piel del oso hormiguero, otra especie en extinción, y los artículos tallados en marfil o colmillo de elefante.