"Vamos a empezar con un documento importante, he firmado un decreto del Gobierno relativo a la aprobación del Acuerdo de París sobre el clima", dijo Medvédev en una reunión con los vice primeros ministros.
El primer ministro enfatizó que para Rusia es importante participar de forma activa en la lucha de la comunidad internacional contra el cambio climático.
"La amenaza del cambio climático es la destrucción del equilibrio ecológico, lo que aumenta los riesgos para el desarrollo de las industrias clave, incluida la agricultura", remarcó.
Además, Medvédev destacó la necesidad de que "la economía [del país] esté orientada al cumplimiento de los correspondientes requisitos del Acuerdo de París".
"Todo lo que está relacionado con la llamada economía verde o de bajo carbono es importante y útil, pero requerirá inversiones bastante importantes, por tanto el problema está relacionado suficientemente con nuestro desarrollo económico", indicó.
El jefe del Gobierno ruso señaló, además, que el Acuerdo de París "es un instrumento más flexible que el Protocolo de Kioto".
"WWF celebra el hecho de que Rusia se convierta en miembro con plenitud de derechos del Acuerdo de París, es un paso importante que atestigua que estamos dentro de los países avanzados conscientes del carácter antropogénico del cambio climático. Rusia tendrá mucho que hacer para adaptarse a este cambio y tomar el camino de desarrollo de la economía con bajo uso de hidrocarburos", dijo el director del programa Clima y Energía de WWF de Rusia, Alexéi Kokorin.
El experto recordó que el Acuerdo de París, que empezará a regir en 2020 (cuando expire el Protocolo de Kioto), estipula cumplir proyectos conjuntamente y permite atraer financiación internacional.
"El Acuerdo obliga a todos los países a aprobar estrategias de desarrollo a largo plazo con bajo nivel de emisiones de gases de efecto invernadero para el período de hasta 2050, Rusia ya está elaborando la suya", concretó.
Fue firmado por 194 países, entre ellos Estados Unidos, en 2015.
En 2016, cuando se cumplieron las condiciones establecidas por el texto del convenio: la ratificación de al menos 55 países que representan el 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, el documento entró en vigor.
Estados Unidos abandonó el acuerdo en junio de 2017.