A las 04:00 GMT de este 19 de septiembre Lorena se convirtió en huracán cuando estaba "localizado a 55 kilómetros al suroeste del puerto Manzanillo [Colima], y a 215 km al sur-sureste de Cabo Corrientes [Jalisco], con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, rachas de 150 km/h y desplazamiento al noroeste a 19 km/h".
Al tocar tierra, el fenómeno "genera nublados densos con lluvias puntuales torrenciales, rachas de viento superiores a 80 km/h y oleaje elevado de 3 a 5 metros en las costas del occidente y sur del país", dice el pronóstico.
La mañana de este 19 de septiembre Lorena penetró en tierra en el municipio de Tomatlán, Jalisco, "con rumbo hacia aguas del Pacífico", donde los vientos recobrarán fuerza, y su trayectoria apunta hacia la península de Baja California, donde se considera que llegará el 21 de septiembre.
Se mantiene además el pronóstico de "lluvias de intensas a puntuales torrenciales" para regiones de los estados Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero (oeste y suroeste del país), y muy fuertes para localidades de Nayarit (oeste).
Las recomendaciones de las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil indican que, debido a las lluvias, "podrían registrarse deslaves, deslizamientos de laderas, desbordamientos de ríos y arroyos o afectaciones en caminos y tramos carreteros, así como inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes en sitios urbanos".
En la temporada anual de huracanes, en el Pacífico oriental se espera la formación de ciclones tropicales, del 15 de mayo al 30 de noviembre de 2019, entre ellos 14 depresiones, 13 tormentas y seis huracanes, cuatro de ellos mayores.