Las naciones del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) están dispuestas a "ayudar cuanto antes a los países afectados por los incendios (...) ahora nuestros equipos contactan con los países de la Amazonía para concretizar esa ayuda", dijo Macron en la ciudad francesa de Biarritz que acoge la cumbre del G7.
Macron enfatizó que el G7 elabora medidas concretas para combatir los incendios junto con los propios países amazónicos.
El 22 de agosto, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) urgió a los Gobiernos de los países amazónicos, ante todo de Brasil y Bolivia, a la ONU y a toda la comunidad internacional a "tomar serias medidas para salvar al pulmón del mundo".
Aunque los incendios son comunes en el Amazonas durante la estación seca, como la actual, buena parte de ellos han sido producidos por agricultores y se han dispersado con fuerza a raíz de la deforestación hasta llegar a zonas deshabitadas. La propagación del siniestro pone en riesgo varias regiones pobladas en el norte de Brasil.
Para combatir el fuego, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, autorizó el 23 de agosto el envío de efectivos militares a la Amazonía.