Según datos preliminares, se trata de una cría de aproximadamente un año de edad, que mide ocho metros de largo y seis de ancho.
De acuerdo con los expertos del Instituto Maura Elisabeth Moraes, aún no se sabe exactamente cómo ha terminado en la selva, pero es probable que el cetáceo muriera en el océano y fuera llevado por las mareas altas hasta la zona forestal.
"Además del extraordinario suceso, estamos desconcertados porque no entendemos qué hacía una ballena jorobada en la costa norte de Brasil en febrero, es una situación muy inusual", declaró a los medios Renata Emin, la presidenta del Instituto Bicho D'agua, una organización no gubernamental que se dedica a la conservación de mamíferos acuáticos amazónicos.
El cuerpo del animal marino, que no presenta heridas visibles, será sometido a una autopsia para determinar las causas de muerte.
La secretaria de Medio Ambiente del municipio de Soure, Dirlene Silva, informó que el museo local tiene previsto albergar el esqueleto del cetáceo para exhibirlo al público.