"Puedes tener una línea de tren pasando por una unidad de conservación y que la compensación económica por esa línea sea el recurso para cuidar de otros; puedes tener una línea de transmisión (…) en vez de mirar al generador de actividad económica como enemigo, puedes verlo como un socio", aseguró el ministro en una entrevista divulgada este martes por el diario O Globo.
El funcionario considera que Brasil ya ha hecho mucho por el medio ambiente a nivel global y es hora de que los países ricos "paguen" por ese trabajo.
En ese sentido, Salles aseguró que Brasil no se comprometerá con nuevos objetivos de reducción de emisiones cuando en 2020 haya que revisar esas metas.
"En vez de poner metas futuras, compromisos futuros, es lo siguiente: "por lo que ya he hecho, ¿cuánto me van a pagar? Si no, es esa imagen del perro corriendo detrás de la salchicha", aseguró.
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Según el ministro, hay que dejar de "inventar modas" sobre lo que debe hacerse en el campo, porque lo que se está haciendo en este momento está bien.
"La agricultura brasileña es un ejemplo para el mundo. Punto. Pueden parar de darnos lecciones de moral, nosotros hacemos los deberes y los hacemos bien", aseguró.
Según datos del propio ministerio de Medio Ambiente divulgados el pasado noviembre, la deforestación en la Amazonía aumentó un 13,7% en un año.
El sector agrícola brasileño es uno de los pilares de la economía, y según los especialistas y activistas en favor del medio ambiente, el principal factor de deforestación.
Durante la formación de su equipo de Gobierno, el presidente Bolsonaro barajó la posibilidad de fusionar los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente en una única cartera.
Sin embargo, desistió después de advertencias del propio lobby de los grandes propietarios rurales, que temían sanciones comerciales de países importadores de productos brasileños que exigen garantías medioambientales.