A pesar de que es habitual ver cómo fragmentos de hielo se desgajan y acaban en el mar, los expertos destacan que no es tan habitual ver trozos de este tamaño. Estos desprendimientos de hielo pueden causar grandes olas y se han convertido en una especie de atracción turística en algunos lugares del mundo.
A mediados de julio, un iceberg se desgajó en la Antártida y fue calificado como "gigantesco" por el Servicio de Hidrogafía Naval (SHN) de Argentina. En aquella ocasión, el fragmento de hielo tenía 5.600 kilómetros cuadrados de extensión.