A criterio de los movimientos sociales, el tema va más allá de la ubicación de la central, ya que tiene vertientes polémicas desde la extracción de los minerales y el manejo de los desechos, elementos sobre los que no existe una información clara por parte de las autoridades.
"La participación ciudadana es muy importante, logramos un promedio de 500 personas en cada asamblea desde el 6 de junio. A partir de entonces el Gobierno [provincial] comenzó a instalar charlas informativas a favor de la energía nuclear en las escuelas, pero no mencionan nada de la extracción del uranio en minas a cielo abierto o los desechos radioactivos, ni los costos ambientales que genera. Por eso decidimos organizar un grupo de contrainformación", dijo a Sputnik Amanda López, integrante de la Asamblea No Nuclear de Río Negro, Argentina.
El 9 de agosto se realizó una marcha en 43 ciudades de Argentina en contra de los proyectos nucleares. Sin embargo el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, insiste en que la planta se va a instalar en la provincia.
López asegura que desde el Gobierno provincial no se comunica el proyecto con claridad y que se oculta información. "Las autoridades se están moviendo de una forma muy antidemocrática porque les pedimos informes y ellos niegan que haya alguno. Hace un mes nos enteramos por filtraciones que iba a venir una comisión china para ver el sitio donde instalar la planta. Hasta último momento el Gobierno [provincial] dijo que era mentira pero tuvo que retractarse cuando vinieron a recorrer la costa atlántica de la provincia. La asamblea tomó impulso porque la gente se dio cuenta que todo el plan era cierto", concluyó.
El país cuenta con una Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) creada en 1950. Su fundación dio lugar a una serie de actividades centradas en la investigación y desarrollo de este tipo de energía, incluyendo la construcción de varios reactores nucleares de investigación. En la actualidad hay cinco operando y planes para construir un sexto.
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La central nuclear de Atucha, en Lima, a 115 kilómetros de Buenos Aires entró en funcionamiento en 1974 convirtiéndose en la primera central nuclear argentina. Desde 2008, la energía nuclear proporciona más de 6,8 millones de kWh de electricidad, cerca de un 6,2% de la generación total de energía eléctrica.