Con 175 kilómetros de longitud y un ancho de hasta 50 kilómetros, es uno de los mayores témpanos documentados por científicos en las últimas décadas. Sin embargo dal Monte aseguró que su desplazamiento no supone un peligro para ninguna base antártica ya que está siendo monitoreado de forma permanente por sistemas satelitales. Aunque sí alertó que las embarcaciones que naveguen por el mar antártico deberían estar pendientes del gigante de hielo.
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El jefe de la Base Científica 'Artigas' de Uruguay arriesgó que es muy posible que el desprendimiento se deba a los efectos producidos por el cambio climático. "Esto puede estar afectando el continente blanco. La Antártida, un lugar destinado a la ciencia y la paz, un laboratorio natural, demuestra una vez más al mundo cuales son los problemas medioambientales más acuciantes. La situación medioambiental del planeta está empeorando. En ese sentido debemos considerar el desprendimiento del Larsen C como un llamado de atención para la comunidad científica y el mundo en general", concluyó.