Los especialistas creen que Nelson, el erizo calvo, perdió sus púas a causa del estrés o de un trauma psicológico recibido en su hábitat natural. Por ahora, los esfuerzos de los veterinarios han sido infructuosos, no obstante, ellos no se rinden.
En 2014, un erizo que perdió sus púas tras quedar atrapado en una tubería, fue curado usando un método similar. Por esta razón, los expertos científicos no pierden la esperanza.