"Me da tristeza, coraje, impotencia, por eso hoy llamo a los ciudadanos del municipio de Atoyac para que rescatemos este río, tenemos que hacerlo inmediatamente, (…) esto está matando la tradición del pueblo, está matando a todas las especies, pero va a matar más a los ciudadanos, porque esta era el alma y vida de nuestro municipio, el río Atoyac", declaró el alcalde Agustín Mollinedo al estar cerca del cráter que se formó en medio del cauce del río Atoyac en la madrugada del 2 de marzo.
Llaman a "salvar" el río Atoyac. Agustín Mollinedo dijo que aún se conserva el nacimiento https://t.co/Vkinen4dg2 pic.twitter.com/J5CdTkDGZG
— El Universal (@El_Universal_Mx) 3 марта 2016 г.
La autoridad destacó que aún puede salvarse, ya que se conserva el lugar de nacimiento kilómetros arriba del hundimiento. Por ahora, se esperan los dictámenes técnicos por parte de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV), que el miércoles fallaron en llegar al sitio para realizar el respectivo análisis.
El mayor riesgo que corren la poblaciones afectadas de los municipios mexicanos de Atoyac, Yanga, Cuitláhuac, Carrillo Puerto, Cotaxtla y Medellín, donde residen más de mil familias e industrias azucareras de la región, es la contaminación. Los desechos de las fábricas que parcialmente se esparcían con la corriente de agua, quedarán estancados, acumulándose en el seco cauce.
El río de Atoyac es considerado uno de los ríos más tóxicos de México. Un monitoreo llevado a cabo por investigadores independientes en 2013 demostró que el río transporta 69 toneladas diarias de materia orgánica en descomposición y altos índices de amoníaco.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios advirtió de un creciente número de muertes por leucemia en comunidades cercanas al río, debido a contactos con metales pesados como plomo, cromo y cloroformo que desechan las empresas violando las leyes.
Pese a la gravedad de la situación, el río de Atoyac es rescatable según los científicos, pero para ello se requiere la supervisión de la CONAGUA y las inversiones correspondientes.
La emergencia se produjo cuando el río desapareció de la noche a la mañana por un socavón de 30 metros de longitud y 20 de ancho, formado a causa de una fractura geológica, que provocó que el agua se fuera al subsuelo. Muchos campesinos que antes contaban con su abastecimiento tradicional quedaron sin agua.