“En algunos lugares podemos tener una situación complicada, porque ya se inundaron en agosto, sus napas (capas de agua subterránea) están muy altas, y si continúan las lluvias se puede complicar la situación”, explicó Stella Carballo, geógrafa y economista.
“El riesgo de El Niño se prolongará hasta el próximo otoño”, dijo la investigadora.
Carballo, especialista senior del Instituto de Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y referente para la región en cuestiones agrometeorológicas, explicó a esta agencia que las lluvias han afectado parte de la provincia de Buenos Aires (este), así como la zona central de las provincias de Córdoba y Santa Fe, en el centro del país.
“Los dos últimos meses hemos tenido lluvias dentro de los parámetros normales, pero por arriba (de estos parámetros) en algunos lugares, por lo que existe la probabilidad de que se encharquen o aneguen esas mismas zonas”, indicó.
Según la experta, si bien las lluvias se explican por El Niño o la posición de los anticiclones, la variabilidad del clima no solo se mide en períodos cortos, sino que hay fenómenos de mayor permanencia, que pueden extenderse por décadas.
“Tuvimos una fase húmeda a finales del siglo XIX y a principios del XX. Luego vino una fase seca que duró 40 años, y desde los años 70 hemos entrado en otra húmeda”, señaló Carballo.
El Niño es un fenómeno climático irregular, que tiene lugar cuando se produce un calentamiento anormal en las aguas superficiales del océano Pacífico ecuatorial, lo que altera la circulación atmosférica y modifica la dirección en la que soplan los vientos; estos a su vez tienden a disminuir su intensidad, generando un mayor calentamiento en el océano.
El fenómeno tiene efectos diferentes en distintas regiones, puede provocar la ocurrencia de abundantes lluvias durante períodos prolongados, así como déficit de precipitaciones, que pueden derivar en sequías.