La compañía TEPCO, operadora de la central nuclear nipona Fukushima-1 siniestrada en marzo pasado, dio a conocer hoy su plan de liquidación de las consecuencias de la avería calculado para tres años en total, comunicó la agencia Kyodo.
El documento da por concluida la primera etapa de liquidación de las consecuencias del siniestro y estipula pasar a la segunda etapa, que duraría de tres a seis meses. En ese período debe concluir el enfriamiento de los reactores y en función de su estado plantearse el levantamiento del régimen de preparación a la evacuación en los distritos limítrofes con la central.
El primer ministro del Japón, Naoto Kan, al intervenir en el parlamento, valoró positivamente los resultados de la primera etapa, dijo que en unos aspectos “resultó por encima de lo esperado”. El problema clave seguirá siendo la estabilización de la refrigeración de los reactores. El objetivo consiste en estabilizar la temperatura en el fondo de las vasijas de los reactores en menos de 100 grados Celsius, con lo cual se eliminaría el peligro de nuevos escapes importantes de radiación.
La operadora detalla que durante la segunda etapa deberá conseguirse el objetivo de disminuir la radiactividad en las inmediaciones de la planta desde los actuales los 1,7 milisieverts anuales hasta 1 milisievert al año.
El plan prevé organizar el monitoreo a largo plazo del estado de la salud de los niños de la prefectura Fukushima-1, así como acometer la desactivación del suelo, en particular, en los barrios residenciales.
El terremoto y el tsunami del 11 de marzo pasado provocaron averías en la central nuclear Fukushima-1 con la posterior filtración de sustancias radiactivas al medio ambiente. Unos 80 mil habitantes fueron evacuados de la zona afectada. En hortalizas, carne, té y otros víveres procedentes de la prefectura de Fukushima y otras regiones del Japón fueron detectados elementos radiactivos.
