Últimamente se ha hablado mucho de ciberguerras, guerras híbridas y campañas mediáticas como instrumentos de política internacional. No cabe duda de que se trata de uno de los problemas más acuciantes, pero tradicionalmente la percepción y la interpretación de este problema es muy diferente por parte de Rusia y de los principales países occidentales.
Así, el presidente ruso, Vladímir Putin, aprobó una nueva doctrina de seguridad informativa cuyo objetivo estratégico es el de construir en el espacio informativo un sistema de relaciones internacionales no conflictivas. Asimismo, menciona entre las amenazas la presión psicológica e informativa de los servicios secretos de otros países y la discriminación de los medios rusos en el extranjero.
Mientras Vladímir Putin firmaba el decreto correspondiente en el Kremlin, representantes de la OTAN ofrecieron en Bruselas un nuevo ejemplo de lo que Rusia considera presión informativa. En declaraciones en una rueda de prensa tras una reunión a nivel de ministros de Exteriores de la Comisión OTAN-Ucrania, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg llamó a países occidentales mantener sanciones a Rusia por lo que describió como una "significativa responsabilidad en la crisis en Ucrania".