Decidió apuntarse al curso de árbitros mientras se sacaba las asignaturas tras una conversación con su tío, que por aquel entonces trabajaba como secretario del Comité Técnico de Árbitros (CTA), el máximo organismo responsable del arbitraje subordinado a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Con 18 años empezó a pitar durante la temporada 2011-2012, cobrando entre 15 y 20 euros por partido. A día de hoy, con un puesto en Primera División, su salario se ha multiplicado por 100.
Al acabar la carrera, empezó a trabajar en una óptica en Rivas Vaciamadrid y dejó su empleo en marzo de este año porque sabía que tarde o temprano lo iba a tener que dejar al empezar la temporada por el tema de la exclusividad en el arbitraje. "Le dije a mi jefa que si para ella era mejor que lo dejara antes y así ahorrarse un sueldo por el descenso de ventas durante la pandemia y me dijo que sí, así que fue lo que hice".
Hito histórico: los árbitros ya cotizan por la Seguridad Social
La noticia se la comunicaron el lunes 24 de agosto cuando se encontraba en el tren de vuelta a Madrid tras pitar el día anterior el partido de vuelta de la final del playoff de ascenso a Primera División entre Girona-Elche. "Fue una noticia muy emotiva, no pude aguantarme las lágrimas", confiesa Massó. "A mí padre se lo comenté en el momento, pero a mi madre quería darle una sorpresa y decírselo en persona, así que le dije que viniera a recogerme a la estación para contárselo. Todo el mundo nos miraba, acabamos los dos llorando muy emocionados".
"La gente no lo entiende. Somos como los incomprendidos, pero los árbitros nos jugamos mucho en cada partido. Lo que yo he conseguido este año es algo que no me imaginaba. Hay mucho trabajo detrás y no todo el mundo tiene la oportunidad de llegar donde estoy yo, y cuando lo consigues es una satisfacción enorme ", asegura el madrileño.
El contrato, que se firmó el día 1 de septiembre de 2020 por primera vez, ha sido un hecho histórico porque los árbitros hasta este año no cotizaban en la Seguridad Social. "Nosotros pagamos una colegiación a principios de temporada, pero no cotizamos en la Seguridad Social" y además, tan solo van a cotizar los de Primera y Segunda División.
📅 Celebramos un día histórico para el arbitraje
— RFEF (@rfef) September 1, 2020
🖋️ Los colegiados de 1ª y 2ª División cuentan, por primera vez, con un contrato de deportista profesional con la RFEF y han sido dados de alta en el régimen general de la Seguridad Social, régimen del que estaban excluidos pic.twitter.com/xAHQceoG0d
"Llevaban 20 años intentándolo arreglar, estábamos en el limbo", explica Massó, "era injusto que pagáramos IRPF y no tuviéramos derecho a paro".
Desde el 1 de septiembre, los árbitros españoles están sujetos a una relación laboral de deportistas profesionales, según informó la Federación Española de Fútbol (RFEF)". La iniciativa de la Real Federación Española de Fútbol coloca al arbitraje español en la vanguardia europea y mundial. La RFEF sigue transformando el fútbol español como nunca se había hecho antes y en tan poco tiempo", reza el escrito.
¿Cómo se consigue trabajar de árbitro?
Pero vayamos a la historia de Massó y cómo llegó hasta aquí. Lo primero que tiene que hacer cualquier persona que quiera trabajar de árbitro, como hizo él, es ir al Comité Técnicos de Árbitros de su ciudad y firmar un documento para realizar la inscripción. Lo siguiente, es realizar un curso, el precio varía en función de cada organismo.
El plan mensual de su jornada laboral se divide en cuatro fines de semana: dos de ellos se trabajan arbitrando en el terreno de juego y uno desde la sala del VAR (siglas en inglés para Video Assistant Referee o Asistente de Vídeo Arbitral), que es una sala privada donde los árbitros asistentes de vídeo revisan las jugadas con detenimiento. El cuarto fin de semana se descansa. Entre semana, se trabaja dependiendo de si hay jornada o no, pero no pueden trabajar en otro empleo adicional por la exclusividad que les exigen en el contrato.
"Las diferencias entre el árbitro principal y el asistente, a parte del sueldo, son muchas. El árbitro es el máximo responsable en el terreno de juego, es el que toma las decisiones más trascendentales y los asistentes se encuentran en el fuera de juego, centrándose en la línea saque de banda, saque de esquina y las faltas que ocurren cerca de él", explica Massó.
Según fuentes consultadas, el salario siempre estará basado en un sueldo fijo —arbitren o no— además de cobrar un plus por partido, tanto en el campo como en el VAR. No obstante, hay que diferenciar entre árbitro profesional y árbitro asistente. Por norma general, los sueldos de los árbitros profesionales suelen ser más altos, en torno a un fijo mensual de 12.500 euros (alrededor de 150.000 euros anuales) ,sumado a cada partido jugado en el terreno de juego que son unos 4.200 euros o por ser el árbitro del VAR, cuyo importe asciende a 2.100 euros.
Las duras pruebas en Primera y Segunda División
La preparación de ahora no tiene nada que ver con la que tiene un cursillista, que basta con pasar las pruebas físicas iniciales. Massó debe indicar cada día en una aplicación las horas que duerme, los ánimos con los que se levanta, añadir su peso, los entrenamientos que realiza —que suelen ser seis por semana— y la frecuencia cardiaca en reposo.
"El arbitraje es un mundo muy complicado. Tienes que ser bueno, tener mucha suerte y estar en el momento oportuno. Se tienen que dar muchos condicionantes y yo he tenido la suerte de estar en el instante indicado", asegura Massó.
Además, pueden bajarte de categoría si los resultados al final de la temporada no son buenos. "En Primera División siempre bajan dos árbitros y cuatro asistentes. Lo que pasa es que muchos se retiran por edad, 45 años en Primera y 41 en Segunda, pero a partir de este año quitan la edad a la que retiras ", añade el madrileño, "la temporada anterior de los cuatro, tres se retiraron por edad, por lo tanto, solo ha bajado uno".
Este joven de Carabanchel se estrena el fin de semana del 12 de septiembre como árbitro asistente de Primera. Lo hará en el Eibar Celta Vigo. "No estoy nervioso, pero como les decía a mis amigos, para mí es como si estuviera todavía en Segunda división, hasta que no esté en el lugar y lo vea en directo no me haré a la idea". El camino no ha sido fácil pero finalmente ha logrado colocarse en la máxima categoría, aunque tal y como cuenta a este medio, su última meta es ser árbitro internacional. "Llegar ahí es lo máximo que hay, mi sueño está entre la final de la Champions o el Mundial, pero creo que si tuviera que elegir, me quedaría con el Mundial", concluye Massó.