Según publica el diario alemán Der Spiegel, familiarizado con el caso, el capitán blanco dio positivo en el control antidopaje. La muestra contenía trazas de dexametasona, sustancia que está incluida en la lista de sustancias de dopaje de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).
No obstante, la UEFA decidió archivar el caso dando por válidas las explicaciones del jugador y del médico del equipo madrileño. Y es que, según se señala, la administración de dexametasona está permitida en casos especiales, pero es obligatorio informar a los agentes de la WADA sobre su consumo. En caso contrario, si se encuentran trazas de dexametasona, se considera un caso sospechoso de dopaje.
Debido a que Ramos sufre de "patologías crónicas" en la rodilla izquierda y el hombro izquierdo, explicó el médico del equipo, le había administrado por error dos inyecciones de dexametasona el día antes de la final de la Liga de Campeones. La confusión se debió a que se mezclaron dos sustancias similares que están sujetas a los mismos criterios. Fue un "error humano", escribió el doctor, "y, por lo tanto, comprensible". Agregó que nunca tuvo la intención de "infringir ninguna regulación antidopaje".
La declaración del médico fue aparentemente bien recibida en la unidad antidopaje. Con eso, la UEFA cerró el caso. Ni Ramos ni el médico del equipo ni el Real Madrid han comentado el procedimiento.
