El escándalo de dopaje que casi suspende a todo el equipo olímpico ruso ha hecho que sus atletas sean percibidos con hostilidad, independientemente de que estuvieran involucrados o no en el asunto. La nadadora Lilly King incluso llegó a ofender a su rival rusa, Yulia Efímova, antes de la competición.
Pero cuando el judoca estadounidense Stevens perdió el oro ante Halmurzaev, en vez de reproches le regaló un cálido abrazo de felicitación. Según la publicación, los atletas no solo entrenan juntos, sino que se consideran hermanos.
"El judo es diferente a otros deportes. El equipo ruso ha sido muy bueno conmigo. Es más bien una fraternidad. Queremos lograr la mejor forma posible, así que, ¿quién mejor para entrenar que los mejores del mundo? Independientemente de que ganara él o yo, estaría feliz por él", explicó Stevens.
A pesar de que el deportista no consiguió el máximo galardón, su medalla de plata se convirtió en la primera que EEUU obtiene en judo desde 2004.