El célebre púgil filipino Manny Pacquiao abrirá una cadena de academias en China con la intención de sacar a campeones del mundo del gigante asiático y mejorar las relaciones bilaterales con su país.
Pacquiao ha revelado hoy que el primer centro se inaugurará en Pekín y después se irán sumando otros en distintas ciudades.
El boxeador ha anunciado la creación del Manny Pacquiao Boxing Education Centre mientras promocionaba su próxima pelea en Shanghái, que le enfrentará el 22 de noviembre al imbatido retador estadounidense Chris Algieri por la corona del peso welter.
En opinión de Pacquiao, una población de 1.400 millones debe de dar muchos boxeadores. China ha producido campeones en Juegos Olímpicos y en categorías de aficionados, pero carece de representantes al máximo nivel. "China puede tener buenos luchadores e incluso campeones, sólo necesitan ciertos conocimientos sobre boxeo y que les sean enseñadas las lecciones básicas", ha comentado.
Para abrir la cadena de academias, Pacquiao se ha asociado con una compañía nacional y con el Gobierno chino, por lo que espera que también sirva para devolver la calma diplomática. Pekín y Manila están enredados en conflictos territoriales en aguas que ambas reclaman. "Esto ayudará a fortalecer nuestra relación ya que el Gobierno chino también participa", juzga.
Pacquiao, de 35 años y con ocho campeonatos mundiales en su historial, es una figura reverenciada en su país. Los delitos disminuyen en gran medida cuando él pelea, según el Ministerio de Seguridad. En un país castigado por la pobreza y una clase política tan inútil como corrupta, los puños de Pacquiao aglutinan el orgullo nacional.
El diario Philippine Star titulaba el año pasado "Día Nacional de Duelo" cuando Pacquiao perdió contra Juan Manuel Márquez, días después de que un tifón dejara un millar de muertos en las islas. En New Bataan, uno de los pueblos más devastados por el tifón, la búsqueda de cadáveres y supervivientes se interrumpió durante la pelea. Rescatadores y miles de refugiados que habían perdido sus casas se juntaron en un pabellón deportivo esperando que la victoria de su ídolo endulzara su desgracia.
En los últimos años ha multiplicado sus tareas. Es congresista, entrenador de un equipo de baloncesto, esforzado cantante y activista religioso en contra del reparto de condones. Es también un tipo íntegro, inteligente y risueño, una personalidad que departe con Barack Obama y otras figuras mundiales. Ni siquiera limó su reputación un lío fiscal que evidenció que era más rápido en el ring que presentando la documentación a la administración.
Caben dudas de hasta dónde llegará su implicación en las academias futuras debido a su apretada agenda. "Visitaré el centro una vez al mes o una vez cada tres meses para supervisarlo", ha aclarado.
