La nueva suma supera a la anterior aprobada hace 4 años en 10.000 millones de dólares. En las próximas décadas EEUU planea gastarse un total de más de 1,2 billones de dólares para renovar su flota de misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en el inglés).
Desde el Pentágono afirman que estas armas son fundamentales para disuadir a un enemigo convencional en caso de que se produzca un conflicto armado. No obstante, algunos expertos como el exsecretario de Defensa William Perry argumentan que la seguridad nacional de EEUU puede ser garantizada sin los ICBM.
La Administración Trump afirmó su compromiso de fabricar una nueva generación de misiles balísticos intercontinentales durante una revisión de la política nuclear realizada en 2018.
"La fuerza de ICBM tiene una supervivencia alta en cualquier circunstancia, sobre todo, en un ataque nuclear a gran escala. Para destruir estos misiles en tierra, un enemigo de EEUU necesitaría lanzar un ataque coordinado con cientos de proyectiles precisos y de alta capacidad destructiva. Es un desafío insuperable para cualquier posible adversario a día de hoy, salvo Rusia", señalaron los encargados de realizar aquella revisión.
Estados Unidos también está construyendo una nueva flota de misiles balísticos submarinos para reemplazar a los proyectiles de clase Ohio actualmente en servicio. Además, desarrolla un nuevo bombardero nuclear de largo alcance para reemplazar al B-2; un misil de crucero nuclear de otra generación lanzado desde el aire; y un nuevo sistema de comando y comunicaciones. También está construyendo unas ojivas mejoradas con un costo estimado de 14.800 millones de dólares.
El programa de modernización nuclear fue lanzado por la Administración Obama y ha sido continuado por el presidente Donald Trump. El candidato a la presidencia de EEUU por el Partido Demócrata, Joe Biden, prometió considerar formas para reducirlo en caso de que gane en las elecciones presidenciales de noviembre.