En particular, los estadounidenses monitorearon los movimientos de los propietarios de teléfonos móviles que se encontraban en el área del campo de entrenamiento de la Armada Rusa en Nionoksa, en la región de Arjánguelsk, un día después del incidente que se produjo allí en agosto de 2019.
Según el medio, los datos de GPS indicaban que algunos de estos teléfonos se trasladaron más tarde a Moscú, San Petersburgo y a las instalaciones militares cerradas de Severodvinsk y Arjánguelsk.
Edric Thompson, un representante del Ejército de Estados Unidos, confirmó al diario que el proyecto fue financiado por el Ejército de EEUU. Lo seleccionaron, según Thompson, "por un buen potencial de intercambio de información entre el personal militar".
Los investigadores de Misisipi utilizaron un servicio llamado Locate X desarrollado por los especialistas de Babel Street, una plataforma especializada en software de inteligencia. El servicio proporciona acceso a los datos comerciales de geolocalización celular.
Babel Street vende sus desarrollos a prácticamente todas las agencias de seguridad de EEUU, incluyendo la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional, el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional y el Cibercomando de EEUU, señala WSJ.
Además, la plataforma tiene entre sus clientes a las autoridades de otros países, como Alemania, Australia, el Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur.
De acuerdo con el diario, Babel Street forma parte de un sistema creciente de empresas privadas que procesan los datos de los consumidores recopilados por las principales empresas y desarrolladores de aplicaciones móviles, en particular para los organismos de inteligencia, las instituciones policiales y las fuerzas armadas.