De acuerdo con el experto, cualquier uso no sancionado de las armas nucleares es físicamente imposible. Ello se debe al hecho de que hay una cadena de acciones que se debe seguir para poder lanzar un misil, y si se salta algún paso, no será lanzado.
Por ejemplo, el primero en dar la orden del lanzamiento es el comandante en jefe, quien la comunica al jefe de las Tropas de Misiles Estratégicos. De allí, la orden pasa por varios medios, incluidos los automáticos, a los propios operarios de misiles y armas nucleares.
Según lo explicó en la entrevista al medio ruso Moskovskiy Komsomolets, la vía automática es la preferida para minimizar el tiempo de cumplimiento de la orden, que incluso puede medirse en segundos. Sin embargo, en caso de que falle algún sistema, hay medios alternativos para pasar la orden.
Lo mismo aplica a las armas nucleares que son portadas sobre bombarderos, puesto que sin la debida activación no detonarán. Esto ocurre porque a diferencia de las armas de fuego, que un soldado puede usar por su propia cuenta, las armas nucleares son colectivas: requieren de una cooperación a múltiples niveles.